top of page
Buscar
vaterevista

Nona.

MARÍA INÉS FLORES NACHÓN.

Cuando hablas de tu abuela me la pintas como si fuera de cuento, nunca desarreglada, vestida como muñeca, con sus ojos claros y expresivos, siempre sonriendo. La pintas por partes, a veces regañona, otras estricta, juguetona y amorosa. Cuando me hablas de Nona, siento como si la hubiera conocido toda mi vida. Me hablas de tu abuela, la heroína con capa de seda y tacones de tela, siempre al rescate de un pequeño cuya madre no lo deja comer dulces y tirarse a la alberca después de la merienda.


Cada que hablas de ella, siento como si hablara yo misma de mi abuelita, de quien me tomaba de la mano y me enseñaba sus recetas. Sé que la amas, sé que la extrañas. Me sé todas las anécdotas que me has contado de ella, desde la forma en la que te bañaba cuando eras un bebé, cómo te empanizaba con talco y te volvía un taquito enrollado en tu toalla, hasta la ocasión en la que te preparó un café con molestia por la resaca, la vez que te escapaste de su casa a tus quince años para irte a una fiesta.


Hay algo que no nos dicen de los abuelos. Parece que siempre tienen sus zapatos bien boleados y sus cabellos siempre plateados. Sabemos que su sonrisa es siempre derecha y sus manitas chuecas. Pareciera que así han sido siempre, que desde que ellos nacieron han tenido las mismas arruguitas junto a los ojos y por su sonrisa, que su corazón blandito nunca ha parado y que nunca lo hará.


Yo quiero decirte un secreto de ellos; cuando se van, no se van del todo. Porque aquí te quedas tú, contándome de cuando eras pequeño y te escondías en el armario de los juguetes cuando tu abuela te buscaba. Te quedas aquí, recordando cómo tus deditos brincaban jugando con las venitas saltonas en sus manos, robando dulces de su closet, escondiéndote debajo de sus naguas cada vez que tu madre te alzaba la voz.


Voy a decirte algo que no nos dicen de los abuelos; ellos no se van, cuando menos lo esperes, mirándote al espejo verás un pelito plateado, que pertenecerá a ellos y verás en ti un reflejo de quien una vez te persiguió por toda la casa para poder meterte a la cama. Te voy a decir algo de Nona, que tal vez sabes, tal vez no; ella se fue, pero va a volver. En ti verás sus venitas saltonas y en alguien más verás los deditos que brincan en ellas. En ti verás a quien le echa talquito a un pequeño para hacerlo taquito y en alguien más verás los ojitos que no van a dejarte ir.

166 visualizaciones0 comentarios

Entradas recientes

Ver todo

Comments


bottom of page