Sé que lo que pasaba no era su culpa realmente, no es un mal hombre, sólo es incomprendido y ha sufrido mucho. En realidad y muy probablemente todo haya sido mi culpa, yo soy una persona realmente desesperante y para nada entretenida, era obvio que él se aburriría. Él es muy inteligente y siempre corrige todo lo que yo hago o digo, obviamente por mi bien, nadie quiere tratar con una mujer tonta. A veces para corregir es un poco duro, si estamos en lugares en público y yo digo alguna estupidez, como acostumbro, él inmediatamente me voltea a ver con unos ojos completamente serios y sólo con eso ya sé lo que me espera en casa. Nunca es violento, normalmente me azota las manos con un cinturón o con una simple cachetada está, como nos enseñan a todos en casa ¿no?
Esta vez no fue distinto. Fuimos a cenar y lo que pasó es que yo soy terrible e irremediablemente torpe. Pedimos cada uno un corte acompañado de pasta y una copa de vino para acompletar, pero mis manos son tan estorbosas que al deslizar una de ellas por la mesa para alcanzar la suya, tiré casi toda la botella de vino sobre su traje nuevo. No necesito especificar de quién ha sido la culpa porque sólo lograría ridiculizarme más. Al llegar a casa él me lo dejó en claro.
Ahora estoy aquí, con una bata blanca esperando a que terminen de suturar las heridas en las palmas de mis manos, para ir a la cama de junto y acompañarlo mientras suturan su cabeza. Da un poco de vergüenza que nos vean así, que vean que yo reaccioné de esa forma sabiendo que yo tenía la culpa. Fue instinto, cuando él azotó por quinta ocasión el cinturón en mis manos, yo no pude pensar en otra cosa más que en reventar en su cabeza el florero que estaba sobre la mesa y me arrepiento terriblemente de haberlo hecho, porque ahora su sangre está por toda la casa. Soy una pésima mujer, me da pena pensar que ahora la gente verá que me han mal educado y que no sé responderle de una manera correcta a mi marido.
Ojalá ningún otro hombre tenga que tratar con una mujer como yo.
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