MAURICIO URIBARRI
Mi corazón, un continente.
Todos mis momentos felices, de euforia desbordada, son los países.
El aroma acompañante de la brisa matutina es un país,
El cantar de los grillos en una noche de verano es un país,
Tener en mis pies el balón en un partido con mis amigos, es un país,
El sabor del ron y la música del karaoke es un país.
El Catán,
La noche,
El tacto de la mesa,
El viento en la ventana,
Las nalgas de una chica,
Los senos de otra,
El dormir.
El despertar.
Los ojos de mi madre,
Los brazos de mi padre,
Todas mis sonrisas son países.
Son países también, los momentos tristes, de angustia y sufrir.
Es un país, el aroma acompañante de la niebla nocturna,
Es un país, el aullido de un perro lastimoso en una noche de invierno,
Es un país, la cicatriz que deja el rechazo de la amada,
Es un país, el sabor de la derrota y el sonido de los besos ajenos.
También el llanto,
El humo en los ojos,
La tos,
La fiesta que llega a su fin,
La chica de las nalgas se fue con uno
La de los senos se fue con otro,
El no poder dormir.
Mi corazón, un continente.
Y en el centro de todo; tú, que estás leyendo esto.
El lenguaje será común, será el de mis latidos sonando por los tuyos.
Mi corazón será el que hable por el tuyo.
Sentiré todas tus victorias y tus momentos de alegría, como si fueran míos.
Sentiré todas tus derrotas y tus momentos de tristeza, como si fueran míos.
Y tú, sentirás los míos como si fueran tuyos.
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