MARÍA FERNANDA DURÁN SILICEO
Lo siento, mi orgullo me obliga a abandonarte.
Un orgullo insensato, con tus besos atravesados.
¿Cómo te muestras tan indiferente a mi fatal castigo?
Si yo solo quise mezclar mi llanto con tu llanto,
entonces, ¿por qué me haces sufrir? ¿Qué males te he causado?
Me dejas la duda y el abismo,
y yo sólo mi alma te he dado.
¿Por qué encendiste mi pasión, si sólo ibas a burlarte de mi ardiente llama?
Eres un alma infeliz, ardiente y desgraciada.
Te quiero desde el amor hasta el odio
y al odiarte siento que más mi corazón te ama.
Lucho soberbia contra el azar,
siento latir mi corazón al verte.
Cuando me vaya para siempre,
entierra con mis despojos mi ferviente pasión.
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