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Momento oportuno.

ISAURA OCAÑA

Para Daniela

Desde el primer momento el amor nunca fue nuestra primera opción, pero aprendimos a querernos sin pensarlo y vagamos libres hacia el lugar desconocido de los momentos inolvidables, al misterio de lo inconfesable a los oídos ajenos. Supimos que el secreto de lo duradero se esconde en la sinceridad, en la promesa futura de una vejez llena de anécdotas sobre aquello fuimos juntas y reiremos de las penas, de ese primer amor tan esperado para ti, porque recuerdo la mejor confesión de todas con un: ¿Cómo sabes cuando te gusta una persona?


Supimos que no todos los amores se viven de la misma manera, algunos llegan a llenarte de besos y obsequios, pero existen esos amores eternos que se quedan hasta las 5 de la madrugada para demostrarnos amor con un todo estará bien o un me alegra que estés conmigo. El tiempo siempre pasó desapercibido, no lo sentimos venirse encima, sólo pensamos en nosotras y lo demás no importaba, hasta que las memorias se convirtieron en algo lejano, fue cuando empezamos a decir ¿recuerdas cuando…? Todo empezó a cambiar tan rápido y no estuvimos al tanto del instante en el que ya conocíamos nuestras manías, incluso nuestros deseos cambiaron. ¿Cómo se puede cambiar tan deprisa? Lo único que sigue es el amor y la cercanía de saberse al lado de la persona correcta para todo momento.


El amor es tan distinto cuando no está inmiscuido el romance finito, sino el delicado acompañamiento de dos personas que buscan la felicidad y el bienestar de la otra, ese vínculo fraternal lleno de las mejores vergüenzas acompañadas de la secreta intención de lo ridículo, en cada intento por reír o en los desatinos de la torpeza compartida. Alcanzamos la certeza de la incertidumbre, porque lo único verdadero es el movimiento constante y ambas sabíamos, aún lo sabemos, lo importante de vivir el momento sin pensar en nada que estuviera por pasar, ninguna sabía nada sobre el devenir de nuestras vidas.


Muchas veces aseguré que nos conocimos tarde en esta existencia y defendí esa postura, hasta darme cuenta de que las personas llegan en el momento oportuno. Llegamos a nuestras vidas para crecer, para aprender mirar la vida con ojos diferentes a los nuestros, porque nos hemos complementado de una manera difícil de comprender para quienes no han vivido como nosotras y no sé si llegaremos a ver las arrugas de nuestra experiencia o si llegará el esperado día de decorar ese deseado apartamento compartido. ¿Estarás ahí siempre?


Es momento de esperar lo inesperado y no estaba preparada para separarme de ti tan pronto, pero amar es una cosa muy difícil porque a veces es momento de despedirse y dejar volar a las personas que más queremos para verlas llegar lejos. Esta es la última noche durmiendo juntas hasta el próximo encuentro, es una de esas noches repletas de recuerdas cuando y de ese sentimiento de nostalgia, acompañado de una tristeza alegre, no hay mejor manera de nombrar esa sensación. Lo único que te pido es que te llenes de no me olvides, de esa carga ideal de anhelo y de esos ojos cargados de ilusiones nuevas, para escuchar todo lo nuevo de tu vida en la próxima reunión.


- Han pasado tantas cosas- dices


- ¿Te arrepientes de habernos conocido? Tal vez ahora no estaríamos despidiéndonos.- Mi voz suena un poco quebrada, intento disimularlo pero me conoces bien.


-No. Es probable que me estuviera despidiendo de otra persona ahora y, en todo caso, prefiero despedirme de ti. Sé que no será por mucho tiempo porque sabemos la manera de encontrarnos de nuevo.- Me miras, tus ojos están vidriosos por las lágrimas amontonadas al borde de tu parpado y extiendes tu mano hacia mí.- Tenemos que esperar, pero vendrá. Nos encontraremos, siempre lo hacemos.


Tomo tu mano y te miro, ninguna es capaz de detener esa gota que rueda por nuestro rostro, marcando un sendero del ojo a la mandíbula. Caen al mismo tiempo, pero no lo notamos porque la película de los mejores recuerdos de la historia que habíamos creado se atora en nuestra garganta y parece inapropiado romper el silencio. Lo hago.


-Tienes razón, siempre lo hacemos


 

Estudiante de la licenciatura en Lengua y Literatura Hispánicas de la Universidad Veracruzana y cuenta con carrera técnica en Contabilidad. Es originaria de Xalapa, Veracruz; vive en la ciudad desde su nacimiento. Protagonizó la obra de teatro “Ciahuameztli Nenequi Icihuca” (“La Señora Luna sigue caminando”), monólogo escrito por Ana Iris Nolasco, el cual se presentó el 08 de marzo de 2016. Escribió guion para TeleUV y participó en la realización del Spot de la FILU 2018.

Es apasionada por las artes; la lectura y la escritura la han acompañado a lo largo de su vida. Escribe teatro, cuento y ensayo.

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