Plomo
- vaterevista
- 22 feb 2019
- 1 Min. de lectura
FRIDA RODRÍGUEZ
Las caminatas matutinas
Pueden ser interrumpidas
Por un estruendo.
Se escucha
Como si cuesta abajo
De un acantilado,
Cayese el plomo.
Como granizo besando
Una pared de lata,
O como pájaro carpintero.
Nadie sabe lo que hay
A la vuelta de la esquina.
Nadie sabe, si quiera,
Si habrá algo
En las aristas de su viaje.
Nada es seguro.
Y mientras se parpadea,
Se han robado el reflejo
Propio,
O las ruedas de unos patines.
Un instante basta,
Aún breve,
Para perder las llaves
O la sonrisa.
Bióloga con 24 años de edad. Se considera amante vívida de la poesía desde hace ya 10 años, siendo principalmente seguidora del trabajo literario de amistades, así como de autorías locales. Ha publicado poemas en varios suplementos culturales de Xalapa, Veracruz y la Ciudad de Puebla. Asimismo, dada su carrera, ha tenido distintas oportunidades de realizar publicaciones en prosa.
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