Quizás no vimos la marea.
- vaterevista
- 2 ago 2019
- 1 Min. de lectura
ERNESTO RODRÍGUEZ
Quizás no vimos la marea;
negábamos el tracto del parásito lunar
que digería nuestros verbos cada noche
y nos mirábamos sonrientes, tan ingenuos…
Pero las olas no se fueron nunca
y siempre fueron un murmullo entre tus labios;
un resabio de coral marchito,
un sargazo aquí en mis costas, tristes.
Y sin prórrogas posibles esta púrpura,
nocturna ola, nos dio cuna y sepultura ajenas,
como un arrebato rígido de mar sediento,
como una frontera líquida.
Quizás no vimos la marea,
ni la roja luna, ni las olas.
Pero luego nos hundimos rápido,
como de roca, como dos muertos...
Defeño por condición y xalapeño por convicción. Ernesto estudió Literatura porque pensó que era lo único para lo que servía, tras fracasar en el intento por estudiar Artes. Ama la música, los viajes y la poesía de César Vallejo; le encanta la vida, el rock y la comida. De lo demás, no sabe mucho y se asombra con facilidad. Como un verso de William Wordsworth: “My heart leaps up when I behold a rainbow in the sky…”
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