ISAURA OCAÑA
Cassette y CD llevaban siendo amigos desde que los habían guardado en el cajón, pasaban el tiempo recordando mejores épocas y miraban como al pasar las estaciones se iba llenando de objetos olvidados. Hablaban con nostalgia de mejores días en los que mantenían una relación estrecha con el mundo, no sabían exactamente cuándo quedaron obsoletos y llenos de polvo.
Cassette fue el primero en llegar y pasaba las noches con Walkman, reproduciendo la misma lista musical, hasta que Walkman dio su último suspiro, dejándolo solitario. En uno de los tantos días que esperaba, vio llegar a CD acompañado de Discman y pronto cassette se acercó en busca de su compañía, escuchó tantas veces como fue posible sus canciones, pero como pasó con Walkman, Discman tuvo que decir ‘hasta luego’ a ambos. Desde entonces, estuvieron juntos para dar la bienvenida a los nuevos integrantes.
Recordaban la llegada de VHS, que les contaba la misma historia en las imágenes que guardaban y, aunque no tenía sonido alguno, ellos daban sentido a los cuadros de su cintilla. VHS también los dejó. Una noche, mientras observaban el cajón ahora poblado de ropa colorida, VHS enfermó y se dieron cuenta de que tenía algo roto por dentro; intentaron con todo tipo de cosas para repararlo (masquin, pegamento, diurex) y nada funcionó. Lo dejaron ir, como a los demás.
Después de VHS llegó Nokia y los tres pasaban un buen rato jugando a la serpiente, reían, charlaban y se divertían. El último juego pasó sin imaginar que no habría otro, la noche siguiente no despertó, otro amigo los abandonaba, como ya era una costumbre. Los buenos recuerdos se quedaron con ellos, tanto de Nokia como de todos los demás amigos con los que pasaron bellos momentos, y los días continuaron su curso.
Era tiempo de decir adiós. Fue casi poético que todas esas noches, de tantas risas pasadas, de tantas despedidas y tantos amigos perdidos por el desgaste que provoca el paso del tiempo, llegaran a su mente el último día que estarían juntos Cassette y CD. No se percataron cómo pasó, sólo se recostaron juntos a recordar y, como si estuviera ensayado, se dieron por última vez las buenas noches.
Estudiante de la licenciatura en Lengua y Literatura Hispánicas de la Universidad Veracruzana y cuenta con carrera técnica en Contabilidad. Es originaria de Xalapa, Veracruz; vive en la ciudad desde su nacimiento. Protagonizó la obra de teatro “Ciahuameztli Nenequi Icihuca” (“La Señora Luna sigue caminando”), monólogo escrito por Ana Iris Nolasco, el cual se presentó el 08 de marzo de 2016. Escribió guion para TeleUV y participó en la realización del Spot de la FILU 2018.
Es apasionada por las artes; la lectura y la escritura la han acompañado a lo largo de su vida. Escribe teatro, cuento y ensayo.
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