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...Y así sucesivamente.

MELUSINA OLIVERA


I couldn´t wake from the nightmare that sucked me in and pulled me under…

-Jeff Buckley

Una vez más has despertado a una hora imprecisa, en tu cuarto nunca se sabe qué hora es porque las persianas permanecen cerradas. Soñabas un mal sueño, un sueño que en los últimos días se ha vuelto recurrente. En él caes, es una caída infinita desde el techo de una casona idéntica a la que habitas; pero hay algo raro, la caída es hacia arriba. Tu sueño comienza contigo tirado en el piso, inerte a los pies de esa casona que no parece terminarse nunca. Te duele todo, muchos de tus huesos están rotos, puedes sentir las múltiples fracturas expuestas. Sangras. Sin embargo, todas las heridas empiezan a sanar, la sangre regresa a tu cuerpo como un líquido succionado por una esponja, las fracturas se sueldan con una impresionante rapidez. Todo el proceso es extremadamente doloroso, es, de hecho, el mismo dolor que sentiste al rasgarse tu piel, al fracturarte en decenas de astillas óseas, lo mismo pero en reversa.


Cuando todos los huesos y órganos que conforman tu cuerpo por fin han vuelto a su posición habitual, sientes tu corazón acelerarse, palpita frenético como un colibrí encerrado en una caja de zapatos. Ahora tu cuerpo se separa violentamente del suelo y sientes un miedo inmenso: temes por tu vida, a pesar de que acabas de recuperarla. Pronto pierdes el sentido, cierras los ojos y, como si se tratara de una proyección cinematográfica en tu cerebro, atestiguas el momento preciso en que se originó la vida sobre la Tierra: lo primero es un paisaje ígneo e inestable, una incesante lluvia de asteroides acribilla la superficie de la esfera de roca líquida; luego todo comienza a enfriarse y unas enormes nubes de tormenta pronto cubren el cielo como jirones de lana cruda; llueve, llueve hasta que todo el magma queda convertido en una porosa esponja gris y sólida; sigue lloviendo, se forman charcos que terminan uniéndose para formar un único océano que cubre todo el globo. Ahora, en este paisaje azul, flotan las partículas de los compuestos orgánicos que pronto forman los primeros seres vivos unicelulares, que a su vez evolucionan en un gracioso ballet hasta convertirse en pequeñas algas o pececillos fosforescentes que crecen y crecen y crecen y buscan la superficie, buscan tierra firme.


El océano ha dejado al descubierto algunos pliegues de piedra desnuda por la que pronto se esparcen las primeras plantas y los primeros animales salen del agua y se esparcen por el terreno desierto; crecen, crecen y siguen creciendo, mutan; los ves vivir y morir, vivir y matar por seguir con vida.


Así, llegas hasta el momento en que los primeros seres humanos se agrupan y comienzan a construir aldeas, pueblos, ciudades, megalópolis. Ves sus más grandes descubrimientos, sus avances científicos y tecnológicos, sus guerras más crueles.


Ves tu propio nacimiento y ves pasar 25 años en unos cuantos segundos hasta que todo comienza a desacelerarse, vuelve a su velocidad habitual y comprendes, ¿comprendes? cómo y por qué llegaste al suelo...


Es en ese momento cuando abres los ojos y sientes que tu caída hacia arriba llega a su fin; entras de espaldas por una ventana abierta a una habitación oscurecida por unas persianas; continúas caminando hacia atrás hasta que tropiezas en la oscuridad con un objeto no identificado, o alguien te jala hacia atrás, y caes en una cama, tu cama, donde te quedas profundamente dormido.


Es en ese momento en el que tu sueño termina, en el que has despertado con sobresalto en medio de la oscuridad de una hora imprecisa; es en ese momento cuando te has levantado de la cama para dirigirte hacia la ventana a respirar de aire fresco; ese ha sido el momento exacto en el que en la penumbra has tropezado con un objeto no identificado o alguien te ha empujado. Es el momento en que comenzó tu viaje hacia el suelo... Y de regreso a la cama.

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