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De disculpas y carcajadas.

JOSÉ SANTIAGO


“Cuando la razón se ausenta, la estupidez toma sin lamentaciones su trono, convierte lo real en irreal y afirma el desahucio de una nación con tal de ver a todos, lamiendo las botas de su reina, la mentira.”


José Santiago


Hermano lector, una vez más el flamante rey de la verdad hace un llamado a los ciegos, sordos y locos de este apabullado país ubicado en un planeta a punto de la extinción. El rey clama sonriente, cual niño desahuciado, palabras de esperanza y fe vacías, de oraciones intolerantes, abyectas e ignorantes ante el real escenario de una guerra perdida en todos los aspectos y sentidos de una promulgación ligera. Coherente una vez más con su radical y petulante manera de moverse entre los ríos mediáticos, cual serpiente apocalíptica en busca de un protagonismo histórico en que él reúne a sus lacayos para contarles, cual botarga épica, sus cuentos de pasión y muerte.


Así es, hermano lector, quién más sino la masa imprudente que llena las redes sociales de odio contra quien no piensa igual, reyes de reyes, amantes de la mentira y la difamación, curanderos de los pobres y reestructurador de las empresas. Neoliberales líderes de la pandilla de los Ultras de la derecha emancipada en los recónditos rincones del internet. Saqueadores de ideas y propulsores de efemérides obscenas, libertadores de los ricos hambrientos y manipuladores de la tecnología para todos. Maquiavelísticos promotores de muertes y vidas al puro estilo de los viejos Césares de la Roma intolerante y mesiánica. Operadores del sigilo bajo las torres acuosas, deglutidores de la lógica verbal, esa que parece verdad y razón, primitivos usurpadores del poder nacional. Esa es la cruel, pero real descripción de estos hombrecitos plagados de frustraciones y desventajas obvias en sus tamaños e intelecto.


Hoy me despierto con la noticia, una vez más, de leerles a través de sus páginas facebookeras demócratas a medias, que se alimenta y retoman defensiva contra Andrés Manuel López Obrador, diciendo que es “un peligro para la nación”. Imagínese, querido lector, que a mí, que sí soy hombre de poca fe política y aseguro que cada actor de la misma es y será por los siglos de los siglos un ladrón sin escrúpulos, me ha generado una gran sorpresa, pues es claro que estos escribanos postmodernos aún sigue teniendo pesadillas en la que son perseguidos por un tabasqueño hasta alcanzarlos, subirlos a su regazo y darles un par de nalgadas por tramposos. Es, sin lugar a duda, una imagen sublime para ser plasmada en un metraje de comedia negra. Lo paradójico es su parafraseo insulso y anecdótico, pues ahora resulta que ese ‘peje costero’, “le hizo un daño terrible al país con su campaña de rencor”. Permítaseme utilizar una herramienta precisa de los moneros nacionales cuyo nombre es la onomatopeya (Ja, ja, ja, ja). ¡Qué tontos hemos sido los mexicanos, creyendo, que es el presidente quién genera el verdadero rencor y la polarización de la nación!


"Estos empoderados digitales se burlan, se mueven en su asiento y afirman cínicamente “Ya nos parecemos a Venezuela, Se quiere imponer el socialismo”, cuando ningún asno que asegura dicha estupidez ha vivido jamás en o dentro de un país con ésta característica"...

Que quede bien claro que no soy de esos que sale en defensa de López Obrador, pues como lo dije con anterioridad, en ninguno creo; sin embargo, lamento profundamente que ustedes, mitómanos con poder en redes, tengan en sus manos las riendas informativas de un país tan grande y tan necesitado de todo. Ahí no termina esta farsa, nuestros flamantes nuevos comunicadores digitales, sin más, como sus compinches o héroes, llámese César Nava, nuevo nene rico; Javier Lozano, nuevo terrateniente feudalero; Alejandro Poiré, asesino justificador; entre otros tantos, sienten que son agredidos, porque habemos quienes, en definitiva, observamos un acto de idiotez total cuando un partido de derecha o un “fifi” autocomplacido, se sienta a platicar con los que convergen sin sustento para generar alianzas contra un presidente que tan sólo lleva 6 meses en el poder nacional, incongruencia insoslayable ante la realidad de los anteriores mandatarios que desmantelaron al país. En pocas palabras y como lo anunciara un cartel de cine de finales de los ochenta, principios de los noventa: “Ni Chana, ni Juana”.


Por estas razones, querido lector, hay personas a las que no hay manera de ayudarlas. Estos empoderados digitales se burlan, se mueven en su asiento y afirman cínicamente “Ya nos parecemos a Venezuela, Se quiere imponer el socialismo”, cuando ningún asno que asegura dicha estupidez ha vivido jamás en o dentro de un país con ésta característica y, sin embargo, lo afirma. A esos cooptadores vacuos que omiten la realidad vigente y se carcajean amablemente en los foros creados y organizados por “Demócratas preocupados, que apoyan incluso a Trump y hoy se deleitan con recordar al PRI y al PAN, como si jamás hubieran asesinado estudiantes o civiles” y, cuales sinodales de las bestias, los pequeños gigantes digitales, no comprenden por qué los mexicanos que no convergemos con su odio absurdo, somos tan “ojetes” al no vislumbrar los números de sus arregladísimas encuestas en las que hemos, según ellos, decrecido en un 70 por ciento y que en el IMSS nos proyectan que hoy tenemos menos empleos netos en 6 meses, sin decir que durante años miles eran aviadores y médicos inconscientes que mandaban al “carajo” a la gente sin preocuparles sus vidas; le afirmo que nos todos somos presas fáciles de sus artimañas.


Por ende, he aquí una lista de mis más honestas e irónicas disculpas:


Señores reyes de las redes sociales y blogs políticos de ultra derecha, discúlpennos por favor por nuestra idiosincrasia cultural derrotista, discúlpennos por leer como patética su manera de dividir al pueblo, y disculpen ustedes, sus majestades, por no tener la confianza que ustedes tienen por su lealtad para con el odio desmedido e infundado a una persona que dirige este país y que da la cara todos los días para hablar con la “prensa” que no sabe qué hacer hoy con la libertad de cuestionar. Perdónennos por nuestro maldito pesimismo. Discúlpennos a todos los que no vemos que el salario mínimo haya aumentado con los presidentes del pasado, que todos los “jodidos” que están sin trabajo; todos los inadaptados que no encontramos vías de crecimiento y expansión; todos los vulgares críticos de los dictadores en el mundo; todos los patéticos e ignorantes que creemos que la educación debe ser prioridad, no sólo en cuanto a mejores actores académicos, sino a adecuadas prestaciones económicas para investigación y generación de bases sólidas para el arte y la cultura; todos los “tarados” que vemos con claridad el robo de iniciativas que redunden en beneficios sociales reales; todos los ciegos, que nos damos cuenta del odio rampante empresarial que no pagaba un peso de impuestos; los poco inteligentes que bautizamos como dictador a presidentes como Calderón, Peña Nieto, Carlos Salinas, entre otros. A todos los enemigos de la nación como hemos sido llamados por los propios poderosos y soberbios desinformadores digitales que tienen larga cola que les pisen, perdónnenos.


En fin, hermano lector, usted tiene el derecho a criticar a este humilde servidor por todo aquello que escribe y ve; sin embargo, jamás podrá robarme la libertad de externar la humillación, el detrimento y la poca visión de éstos detractores manipulados y autollamados “fifís”, cuya base intelectual es y seguirá siendo la estupidez, la negligencia y la prepotencia declarada como actor principal.


 

José Sosa Márquez, también conocido como José Santiago, es un escritor, guionista y actor mexicano. Egresado de la Univerisdad Iberoamericana con la Licenciatura en Comunicación. Cursó talleres de dirección y producción cinematográfica en la Escuela de Cine y Televisión de San Antonio de los Baños, Cuba y tomó talleres de fotografía con el maestro Rafael Corkidi en México D.F.

Su carrera profesional es muy extensa, fungió como académico en la Universidad Iberoamericana Santa Fe (México D.F) e Ibero Puebla, en Universidad UVM, Puebla y en el Tecnológico de Monterrey, campus Puebla. Ha sido tallerista en la Vancouver Film School de Canadá.

Es ganador de premios nacionales e internacionales de cortometraje.

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