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Hitchcock y sus constantes.

LUPITA MIRÓN

Alfred Joseph Hitchcock fue un director de cine, productor, guionista y editor británico. Hitchcock fue y sigue siendo una figura indiscutible de misterio, la capacidad de este gran cineasta para aplicar efectos innovadores en el cine de suspenso y mantener a su público con tanta intriga han tenido gran importancia para la evolución del lenguaje cinematográfico moderno. Centraré la atención en tres películas importantes de este gran director para presentar sus constantes y todo aquello que hizo único a Hitchcock y diferente de todos los demás: Vértigo, Psicosis y Los Pájaros.


Psicosis (1960)

Lo primero que hay que agradecerle a Hitchcock es el uso de la cámara subjetiva, al parecer una de sus técnicas preferidas. Mete al público en el personaje y hace que tengas la sensación de que tú eres el personaje principal debido a sus tomas. Psicosis es un filme al que se le reconoció mucho la escena de la bañera, cuando Marion Crane gira la perilla de la regadera la cámara se encuentra en picada captando los chorros de agua, este efecto mete al espectador en el papel de Marion y crea la sensación de que el agua está cayendo en el espectador.


En Los Pájaros, cuando Melanie Daniels está siendo atacada por las aves en una habitación de la casa de Mitch Brenner, Hitchcock vuelve hacer de las suyas poniendo a las aves en primer plano con un close up y big close up al pico asesino de éstas. El pico de las aves en esta película se vuelve fundamental, ya que el daño que éstas provocan a los ciudadanos - que incluso algunos han llegado a morir - se da a partir de las innumerables picotadas que hacen, todas a la vez, cuando una persona está cerca. Hitchcock hace que sientas el terror de la picotada y que seas Melanie Daniels en la escena de la habitación, creando el sentimiento de que tú eres la persona que está siendo atacada porque el gran director ya logró meterte al papel de la protagonista, gracias a su juego de tomas.

Vértigo no es la excepción. Gracias al zoom in y zoom out en contra picada que se hace a las alturas, automáticamente te conviertes en Scottie Fergurson. Hitchcock te transmite ese miedo a las alturas y hace que en tu mente supliques igual Fergurson para no caer.


Otra constante de Hitchcock es que busca hacerte sentir la paranoia y el suspenso con el montaje o con objetos específicos. Por ejemplo, en Psicosis el automóvil de Marion juega un papel fundamental. Ahí está el primer montaje que está generando suspenso en el filme. Marion está atenta y tiene toda su atención en el retrovisor para ver si alguien la está siguiendo y el montaje principal es el auto. En Vértigo, el montaje que más suspenso genera son los edificios, porque Ferguson le tiene un miedo incontrolable a las alturas, tanto que deja a Madeleine caer de la torre de la iglesia y aparentemente muere. Los pájaros no se queda atrás, ver a las aves quietas en alguna superficie, como cuando Melanie está en el aula de clases y se asoma por la ventana, genera suspenso. Sabes que están ahí por alguna razón y que en algún momento, cuando menos te lo esperes, van a atacar.


Para Alfred Hitchcock es importante hacer diferencias claras entre suspenso y sorpresa. Como acabo de mencionar, el montaje es importante y en Los Pájaros cada que ves a las aves quietas, acumuladas en algún lugar, sabes que atacarán pero nos llevamos una sorpresa cuando Melanie y la familia de Mitch salen de la casa y ésta está rodeada de pájaros, pero no ocurre otro ataque, logran subir al auto y partir. En Vértigo nos llevamos la sorpresa cuando sabemos que Madeleine en realidad ya está muerta y todo fue un juego sucio de Gavin Elster. En Psicosis, Hitchcock hace pensar que por la lluvia, cuando Marion está huyendo, va a tener un accidente automovilístico debido a que la lluvia le crea dificultades para ver el camino, la sorpresa es que logra llegar al motel, que de cualquier manera no es lo mejor que le pasará a la protagonista pero te hace ver que por “fortuna” llegó sana y salva a un lugar para descansar, y no tuvo un accidente a causa de la lluvia y su cansancio.


Los pájaros (1963)


A los personajes de las películas de Hitchcock les interesa algo que a nosotros no. Hay un objeto que es el motor de la trama que éstos persiguen, pero a nosotros nos es irrelevante. En Los Pájaros, las tórtolas que Melanie le lleva a Mitch son “las causantes” de casi todo. Si Melanie no hubiera llevado las tórtolas a aquel pueblo, no hubiera desatado el pensamiento de los ciudadanos de aquel lugar, el cual se basaba en que si ella nunca hubiera llegado los pájaros no hubieran enloquecido, porque a partir de que ella llegó se comenzaron a presenciar aquellos extraños sucesos. Las tórtolas están presentes durante toda la película, son las inofensivas y las que nunca están en modo de ataque. Son un regalo de Melanie a Mitch que lleva con él hasta el final, hasta que abandonan la casa.


En Psicosis, toda la serie de acontecimientos que se dan es porque Marion se roba el dinero. El dinero es el objeto. Su jefe está buscando el dinero, Marion es acuchillada porque el robo ocasionó que huyera y llegara al motel de un psicópata. En Vértigo, el objeto es el collar. Lo llevaba la pintura, posteriormente Madeleine y al final Judy Barton., esto es lo que te hace distinguir a una de otra y comenzar a hilar toda la historia.


Ha sido muy sonado el tema de “Las rubias de Hitchcock”, ese fue el título que se le ha dado a las protagonistas de las películas de este gran cineasta. En efecto, todas son rubias. Marion de Psicosis, Melanie de Los Pájaros y Madeleine de Vértigo, lo son y ésta es otra de sus constantes. Hitchcock tenía cierta admiración hacia las rubias y en el contexto social de los años en los que se filmaron estas tres películas, ser rubia era un símbolo de distinción, clase y belleza para los Estados Unidos de Norteamérica, además de que “Los caballeros prefieren a las rubias” era el cliché de la época. Finales de los años cincuenta y principios de los sesenta, donde ser blanco y ser negro era un dilema. Ser blanco era una bendición y ser negro casi una maldición. El racismo en Estados Unimos estaba a flor de piel y Hollywood para aquellos años, al igual que Hitchcock, prefería a las rubias.


Vértigo (1958)

“Las rubias” de estas tres películas representan a un personaje femenino frío y moralmente ambivalente. Marion le había sido fiel a su trabajo por muchos años hasta que llegó el día en el que quiso desafiarlo tomando un dinero que no era suyo, en el amor, a pesar de haberle propuesto a su amante vivir juntos, lo dejó, huyó y no le comentó nada al respecto. Madeleine o mejor dicho, Judy Barton, fingió ser alguien que no era, no le importó la locura que provocó en Scottie. Melanie, un personaje muy femenino y también frío, no quería dejarle en claro a Mitch sus sentimientos hacia él, e incluso cuando Mitch se entera de que ella fue la del escándalo en la fuente de Roma y se lo hace saber en la escena en la que la alcanza en el auto, ella se marcha y no le da explicaciones.

En la época dorada del cine, la gente quería ver belleza en las películas de Hitchcock, a Hitchcock esto no le fue difícil. Él amaba el glamour en las mujeres y siempre cuidó que sus rubias llevaran sofisticados atuendos, así como maquillaje y peinado que resaltaran su feminidad.


Las protagonistas más glamorosas de las tres películas que estoy tratando fueron Madeleine y Melanie. Sus vestidos son excepcionales. Los chales de mink, bolsos, collares de perlas y vestidos de seda así como guantes hacen que su personaje sea el más femenino. No quiero dejar atrás a Marion, pero es la que menos luce de las tres en este aspecto, aunque de igual manera se cuidó mucho su feminidad y estilo. Tal vez esto tenga que ver por el nivel socioeconómico que tiene cada una, Marion no tenía los mismos recursos que Melanie por ejemplo, la cual era hija de un magnate de San Francisco y es por ello que los atuendos eran diferentes, pero esto no fue un pretexto para no hacer lucir a las tres, ya que aunque algunos atuendos se ven más sofisticados que otros, ninguno pierde la feminidad y estilo.


Los peinados de las tres son recogidos, a diferencia de Marion que no lleva un peinado igual de elaborado que las otras dos porque tiene el cabello corto y no es posible. Melanie y Madeleine llevan estilos similares en el peinado, podría decir que casi iguales. El maquillaje de las tres es muy discreto, Hitchcock cuidó mucho esta parte, no hace ver vulgares a sus rubias, ni en vestido, ni en peinado y mucho menos en maquillaje.


Algunos dicen que el amor al género de suspenso se debe a gran parte de su infancia solitaria y estricta por la personalidad tan rígida de su padre, mismo que cuando ya estaba harto de sus travesuras lo encarcelaba por cinco minutos a los seis años. Cuando Alfred regresaba de la escuela, su controladora madre le hacía una especie de interrogatorio acerca de lo que había hecho durante el día y algunas veces lo hartaba. En Psicosis y Los Pájaros, Hitchcock nos muestra la figura de la madre como controladora y sobreprotectora. El gran director se casa a los veintisiete años y, al igual que Mitch, sigue yendo a casa de su madre los fines de semana. Un reflejo de su pasado.

Por último, pero no menos importante, dos constantes que son notorias es que el nombre de las tres protagonistas comienza con la letra “M” y que dos de las tres películas fueron filmadas en San Francisco, Vértigo y Los Pájaros. Probablemente eligió esos nombres porque son muy comunes en Estados Unidos y a San Francisco como locación porque es una ciudad que aportó mucho y que además te atrapa con sus casas victorianas, calles, museos, puentes, etcétera. Para Vértigo, San Francisco fue lo ideal. Esta ciudad se compone por calles muy inclinadas que alcanzan una altura impresionante, recordemos que el miedo a las alturas era una limitante en la vida de Scottie, incluso para las escenas en las cuales aparece manejando, y eso tuvo que haberle propiciado cierto temor al personaje de la película.


Las tres películas te mantienen en la pantalla con intriga y misterio sin saber qué es lo que vendrá, porque incluso cuando crees tener todas las respuestas, la historia cambia. Alfred Hitchcock quiso sorprender a su público y lo logró con su manera tan especial y tan creativa de dirigir. No cabe duda de que estas constantes son las que hacen tan especiales sus películas. Cuidó a detalle los elementos que componen sus filmes, logró generar tal suspenso que hasta la fecha su trabajo sigue siendo uno de los más reconocidos por el público y la industria cinematográfica.


 

María Guadalupe Mirón, mexicana, de 22 años de edad y recién egresada de la Licenciatura en Comunicación. Cuenta con una pre especialidad en producción y dirección de medios, pero escribir y comunicar con la retórica siempre han sido su talón de Aquiles. Aunque, actualmente se dedica al social media management, ha colaborado como escritora con distintos portales, uno de ellos, Cultura Colectiva.

Posee un gusto culposo con lo relacionado al cine y las bellas artes porque siempre le han dado mucho de que hablar y ha aprendido mucho de ellas. Se inclina mucho por el guionismo cinematográfico, la fotografía y, no le pregunten por qué porque a veces la respuesta es muy larga, la cultura japonesa también.

Cree en Vate y, sin duda, cree que este es el espacio en dónde se puede opinar e informar de todo eso y mucho más. Es por ello que se une al grupo de profesionales que cuando les dan la palabra no la sueltan para expresarse y ser la voz de ideas.

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