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La Cuarta Introspección

JOSÉ SANTIAGO


“Indispensable es que cada individuo sacuda a sus próximos cuando el acto primario es el de transformar; para ello se requiere de entera convicción y amor por el respeto a los diferentes puntos de vista y humildad ante la equivocación que impida la misma.”

José Santiago


El discurso siempre encantador y fantástico en la jerga política consume, para nuestra desgracia, a cientos de personajes, que ya cansados y hartos ante tanta corrupción cínica, tanta violación cruenta y cruel de los derechos humanos, el robo inconmensurable de instituciones como Hacienda, la crueldad con la que se trata en general a quienes no portan una placa que los identifique como servidores públicos y autoridades, quieren un cambio radical e inmediato, aunque esto no pueda bajo ninguna circunstancia, salvo la dictadura, ser posible.


Convencer desde la trinchera de las palabras puede convertirse en arma afilada puesta en la yugular. Traer a colación la historia y llamar a un pueblo entero a sumarse en una “Cuarta Transformación”, simplemente denosta nuestra inteligencia y pisotea nuestro sentido común.


"Estados Unidos tiene claros argumentos históricos, que nos compelen a creer que cada movimiento en la vida política de latinoamérica tiene detrás su mano y su postura de imposición para consolidar sus propios y maquiavélicos juegos sociales y de consumo. "...

Pueblos como el nuestro, que ha vivido de cerca y en butaca de primera fila los dramas y atropellos presentados en el proscenio por actores y actrices de quinta, que se hacen llamar políticos, tenemos la necesidad imperativa de ver soluciones que nos permitan, de una u otra forma, creer que es posible cambiar el destino y rumbo de estos lares geográficos. La desgracia, acompañada de tristeza, es que el marketing político, se ha adueñado de dichas carencias y nos invaden con frases hechas o con palabras espurias que con la repetición constante, comienzan a parecer verdaderas. “La cuarta transformación” queda grande cuando vas percibiendo la sigilosa y cruel caída de la realidad en la mesa de negociación.

Por un lado, se agradece que tantos millones gastados para publicidad mediática que beneficiaron por décadas a las televisoras impuestas (Televisa, Televisión Azteca) y sus pequeñas ramificaciones a las que disfrazan de críticas y analíticas, siendo en el fondo la misma secuencia de abusos y mentiras, hayan sido cortadas de tajo y se queden sin su mensualidad o anualidad, se nota y se siente en el odio visceral de muchos columnistas y comentaristas o lectores de noticias, que se consideran a sí mismos editorialistas. Se nota la ira desmedida por perder su aparente “estabilidad” armando casos y cajas chinas, cortar la anarquía existente en el manejo de los ductos de PEMEX y por otro, se siente un desgaste visible en la toma de decisiones, que se van apagando conforme el tiempo deja claro que el juego político ya está determinado y no hay posibilidad alguna de mutarlo.


Estados Unidos tiene claros argumentos históricos, que nos compelen a creer que cada movimiento en la vida política de latinoamérica tiene detrás su mano y su postura de imposición para consolidar sus propios y maquiavélicos juegos sociales y de consumo. Éste no es la excepción, ver a un hombre que llega a la presidencia con una aceptación histórica, poder escucharlo diariamente (acto jamás realizado por ningún otro presidente en México), ha ido, por desgracia, dejando información que de manera magistral usan esos partidos que antes estuvieron en el poder y hoy, irónicamente, son oposición, ayudados por aquél país vecino y su dinero para comenzar una gran campaña de desestabilización nacional, muertos por doquier, de nueva cuenta y de manera masiva, miedo y pánico, para que al final la sociedad termine encaminada a su tarea de español, haciendo una plana que rece: “Mira, antes estábamos mejor”. La memoria histórica no es nuestro fuerte, es más, podría afirmar que ni nos interesa y hay a quién sí, Toda nuestra historia está plagada de mentiras, traiciones y excelsos slogans que nos venden un futuro prometedor y maravilloso, en donde la corrupción, pareciera, puede ser eliminada con sólo pensarlo.


No hay marcha atrás, este es el momento culminante, es el momento de abrir los ojos y darnos cuenta que quien sea que llegue a sentarse en la silla más importante de la nación, velará por sus intereses propios y mezquinos y acercará a amigos, familiares y compadres para trabajar aparentemente a favor de los más desprotegidos, hinchándose los bolsillos y adquiriendo la mayor cantidad de propiedades posibles, dignas de reyes y príncipes.


Hoy el ciudadano de a pie, el ciudadano común, debe participar de manera activa en la vida política, debe acercar estos conceptos a los hijos pequeños a los que se les sigue corriendo de una charla así, con el pretexto o justificación de “ser una plática de adultos”. Hoy más que nunca debemos educarnos en las leyes, saber cuáles son nuestros derechos y obligaciones, actuar desde la realidad vivida, exigiendo sean leídas nuestras iniciativas de ley y las propuestas de quienes viven la desgracia y no desde quienes sólo ven desde su palacio la vida.


No puede haber una transformación si no se suman las ganas, el deseo y la labor. México es un país al que le siguen cambiando oro por espejitos, que sigue esperando un mesías que libere del yugo a una nación, que cambie todo con sólo chistar los dedos, pero nadie hace nada por cambiar. Esta “Cuarta transformación”, ha dejado en pocos meses un espectáculo palomero. La sociedad se cree analista, todos están pendientes de cada palabra que emana del Poder Federal. Lo paradójico es jamás haberlos escuchado antes, cuando tuvimos sentados en esa preponderante silla a ejemplares nefastos como Díaz Ordaz, Luis Echeverría, Miguel de la Madrid, Carlos Salinas, Ernesto Zedillo, Vicente Fox, Felipe Calderón, Enrique Peña Nieto. La verdadera transformación llegará cuando nosotros simplemente la asumamos.


 

José Sosa Márquez, también conocido como José Santiago, es un escritor, guionista y actor mexicano. Egresado de la Univerisdad Iberoamericana con la Licenciatura en Comunicación. Cursó talleres de dirección y producción cinematográfica en la Escuela de Cine y Televisión de San Antonio de los Baños, Cuba y tomó talleres de fotografía con el maestro Rafael Corkidi en México D.F.

Su carrera profesional es muy extensa, fungió como académico en la Universidad Iberoamericana Santa Fe (México D.F) e Ibero Puebla, en Universidad UVM, Puebla y en el Tecnológico de Monterrey, campus Puebla. Ha sido tallerista en la Vancouver Film School de Canadá.

Es ganador de premios nacionales e internacionales de cortometraje.

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