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Millennial

JOSÉ SANTIAGO


“No me es posible irradiar nostalgia pues a pesar de mí, vivo en el epicentro de una vorágine vertiginosa de desconexión con el otro. Mientras más extensiones tenemos para comunicarnos de manera veraz y oportuna, de un país a otro, de un estado a otro, más hemos aprendido a adoctrinarnos con la inanidad a la que el sistema quiso someternos… Desaparecer de la realidad del otro.”


José Santiago


No puedo sino generar una crítica carente de sentido, hablar de nostalgia millennial es como afirmar que jamás fue un movimiento de hilos y fundamentos digitalizados. Si ya acabó o ya hay otra generación distinta, entonces realmente dispongámonos a colgar la toalla y a sentarnos a ver el fin de esta era ridículamente plagada de insatisfacciones académicas, literarias y culturales. Por ello, es al mismo tiempo y de manera paradójica un agradecimiento balsámico escribir para una revista creada justo por ésta generación a la que se le ha denominado “Millennials”.


Siempre ha sido capricho del filósofo aprender constantemente del prójimo y su relación con el todo, esto es su parte social y política, su convivencia con su entorno natural, astrológico o circunstancial y no deja de ser sorprendente que la cantidad de pensadores modernos no han logrado cavar con fuerza para escindir a la comunidad joven de la basura mediática, académica y laboral en la que hoy se intentan desarrollar, o mejor dicho, sobrevivir. Lo ridículo es que no hace mucho los grandes organizadores del pensamiento y su victorioso constructivismo nos hacían creer que levantaríamos un vuelo más decoroso, basta con ver a Humberto Maturana, un biólogo chileno que vive de hacer filosofía. La propuesta serena es velar por la individualidad razonada y sentida de los cuerpos como órganos legítimamente biológicos, analogándonos con células que cumplen su misión de mantenerse cerradas para innovar el estado de un cuerpo vivo. Al abrirse, mueren y esto nos lleva a la autopoiesis:


"La autopoiesis o autopoyesis (en griego: αύτο, ποίησις [auto, poiesis], ‘a sí mismo; creación, producción’) es un neologismo que designa la cualidad de un sistema capaz de reproducirse y mantenerse por sí mismo. Fue propuesto por los biólogos chilenos Humberto Maturana y Francisco Varela en 1973 para definir la química de auto-mantenimiento de las células vivas. Una descripción breve sería decir que la autopoiesis es la condición de existencia de los seres vivos en la continua producción de sí mismos."

Ésta ha quedado fuera completamente de las virtudes del pensamiento actual. Mientras esta generación se encuentra sin definición real de su inicio y por obvias razones sin el tiempo de caducidad en su epitafio:

"La generación Y, o generación del milenio o milénica —del inglés millennial generation—, es la cohorte demográfica que sigue a la generación X y precede a la generación Z. No hay precisión o consenso respecto a las fechas de inicio y fin de esta generación; los demógrafos e investigadores suelen utilizar los primeros años de la década de 1980 como años de inicio del nacimiento y de mediados de la década de 1990 a principios de la de 2000 como años de finalización del nacimiento. A los milénicos se les llama a veces eco boomers debido a un aumento importante de las tasas de natalidad en las décadas de 1980 y 1990, y porque los milénicos son, a menudo, los hijos de los baby boomers. Aunque las características milénicas varían de una región a otra, dependiendo de las condiciones sociales y económicas, la generación ha estado generalmente marcada por un mayor uso y familiaridad con las comunicaciones, los medios de comunicación y las tecnologías digitales."

Es por esto que no hay motivos para percibir en este momento la nostalgia sobre algo que aún está pasando. La lógica me obliga a creer en la posibilidad de que esta sea una generación (sin totalizar) olvidada al escuchar su música temporal, lo vacío de las letras, observar la abulia radicalizada, el abandonismo a ultranza y la carestía de conocimiento del todo. La inmediatez informativa, la maestría en copiar y pegar, la falta de compromiso con la sorpresa y la investigación, definirían en este momento en mi cabeza a la ya nombrada generación.


Sin embargo, la otra escena nos dice con brutal pasión que hoy, dentro de esta generación, existen quienes han logrado vislumbrar todo el contexto como herramienta de cambio y transformación. Han generado progresos radicales y necesarios en el pensamiento posmoderno con respecto a la libertad, la libertad de decisión y la libertad de género, que si bien son movimientos históricos y con sus nombres bien plantados, es justo aquí donde se han concretado la mayoría de ellos.

La generación Y tiene grandes matices y arrolladoras ideas que, con el paso del tiempo, seguramente se asentarán y lograrán, al final ser punto de referencia histórica. Que suceda pues en las artes, en las humanidades y no sólo en el ámbito dictatorialmente creado en las ciencias exactas y económicas.


 

José Sosa Márquez, también conocido como José Santiago, es un escritor, guionista y actor mexicano. Egresado de la Univerisdad Iberoamericana con la Licenciatura en Comunicación. Cursó talleres de dirección y producción cinematográfica en la Escuela de Cine y Televisión de San Antonio de los Baños, Cuba y tomó talleres de fotografía con el maestro Rafael Corkidi en México D.F.

Su carrera profesional es muy extensa, fungió como académico en la Universidad Iberoamericana Santa Fe (México D.F) e Ibero Puebla, en Universidad UVM, Puebla y en el Tecnológico de Monterrey, campus Puebla. Ha sido tallerista en la Vancouver Film School de Canadá.

Es ganador de premios nacionales e internacionales de cortometraje.

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